viernes, 24 de agosto de 2012


El sistema oseo




Debido a la complejidad del cuerpo humano y su esqueleto, se divide al sistema óseo, para que su estudio sea más comprensible. Se consideran por separado el estudio de la Cabeza, el Tronco y las Extremidades.

En total podemos encontrar en el cuerpo humano unos 208 huesos que están distribuidos de la siguiente forma:


26 en la columna vertebral

8 en el cráneo

14 en la cara

8 en el oído

1 hueso Hioides

25 en el tórax

64 en los miembros superiores

62 en los miembros inferiores

El esqueleto


El esqueleto es una estructura movible compuesta por 206 huesos, de los cuales aproximadamente la mitad se encuentran en las manos y pies. Aunque individualmente los huesos son rígidos, como totalidad el esqueleto es extraordinariamente flexible, permitiendo al cuerpo gran movilidad.

El esqueleto sirve como anclaje para los músculos esqueléticos, así como de caja protectora para los órganos internos del cuerpo. Los huesos de las mujeres son generalmente más livianos y pequeños que los de los hombres, salvo la pelvis femenina, que es más ancha y profunda que la del varón.

Sistema nervioso

El sistema nervioso es la red electroquímica de comunicaciones del cuerpo. Sus principales partes son el cerebro, la médula espinal y los nervios. El cerebro y la médula espinal forman el sistema nervioso central (SNC), principales centros de coordinación y control del cuerpo.

Billones de largas neuronas, muchas agrupadas en nervios, forman el sistema nervioso periférico, encargado de transmitir los impulsos nerviosos entre el SNC y otras regiones del cuerpo. Cada neurona tiene tres partes: el cuerpo celular, las ramificaciones dendítricas que reciben las señales químicas de otras neuronas y el axón, una estructura tubular que transmite estas señales como impulsos eléctricos.


El sistema nervioso


Sabemos que existen dos sistemas nerviosos, unidos entre sí en varios lugares, el cerebro-espinal y el vegetativo o simpático. Por otra parte, por razones didácticas, el primero se ha dividido en dos partes: el sistema nervioso central, que comprende el encéfalo y la medula espinal y el sistema nervioso periférico que comprende el conjunto de los nervios.

En esta nota veremos el sistema nervioso periférico, intrincada red de innumerables conductores, que pone en comunicación el sistema nervioso central con cada una de las partes del organismo. Este conjunto de conductores es el que tiene la misión de realizar, en nuestro cuerpo, una tarea equivalente a la asignada, en una ciudad, a una central telefónica.

ALGUNAS NOCIONES EN GENERAL

A las funciones de los nervios nos referiremos en detalle en un artículo sobre la fisiología del sistema nervioso. Debemos, eso sí, aclarar que los nervios que salen del encéfalo y de la medula espinal, se hallan en relación con las células de los órganos de los sentidos y de los músculos.

Es interesante observar que todas las fibras nerviosas son recorridas siempre por los estímulos en una sola dirección y siempre en la misma. Unas son recorridas por estímulos centrípetos, vale decir que desde la periferia se dirigen hacia los centros nerviosos; otras en cambio, lo son por estímulos centrífugos, o sea que desde los centros nerviosos se dirigen hacia la periferia.

Las primeras, porque llevan a los centros las sensaciones, son llamadas fibras sensitivas o sensoriales; las segundas, que llevan los estímulos a los músculos, son llamadas en cambio fibras motoras. Es claro que las terminaciones nerviosas destinadas a recibir las sensaciones se hallan dentro de los órganos periféricos de los sentidos (piel, ojos, nariz, ere), mientras que las células motrices de las fibras motoras se hallan dentro de los centros nerviosos.

Una última observación: es evidente que si un nervio está formado exclusivamente por fibras motoras o sensitivas, será un nervio motor o un nervio sensitivo.


LOS NERVIOS CRANEALES

Los nervios craneales (cerebrales o encefálicos) tienen su nacimiento aparente en la base del cráneo, en la cara inferior del encéfalo. Son doce pares simétricos, y tienen un color blanco grisáceo. Tales son:

NERVIOS OLFATORIOS (1er. par). Son nervios sensoriales, que conducen las sensaciones olfativas desde la mucosa nasal a los centros; nos permiten apreciar los olores.

NERVIOS ÓPTICOS (2do par). Conducen las sensaciones visuales desde la retina hasta el cerebro; son sensoriales que sirven para la visión.

NERVIOS MOTORES OCULARES COMUNES (3er. par). Son nervios motores que inervan la mayor parte de los músculos que intervienen en los movimientos del globo ocular.

NERVIOS PATÉTICOS (4to par). Son nervios motores que gobiernan también los músculos del ojo.

NERVIOS TRIGÉMINOS (5to par). Son nervios mixtos; por su parte sensitiva llevan a los centros cerebrales los impulsos nacidos en la piel de la cara, en los dientes y la boca, y por su parte motora rigen los músculos de la masticación.

NERVIOS MOTORES OCULARES EXTERNOS (6to par). Son nervios motores que inervan I o s músculos que mueven el globo ocular hacia afuera.

NERVIOS FACIALES (7mo par). Son mixtos; por su parte motora, inervan los músculos cutáneos de la cara y del cuello, y por su parte sensitiva se distribuyen por las glándulas salivales, por las lagrimales y parte de la lengua.

NERVIOS ACÚSTICOS (8vo par). Conducen los impulsos auditivos desde el oído interno hasta el cerebro. Transmiten las sensaciones de audición y equilibrio.

NERVIOS GLOSOFARÍNGEOS (9no par). Son mixtos; por su parte motora, inervan la faringe y comandan la deglución y, por su parte sensitiva, conducen los impulsos sensoriales de parte de la lengua.

NERVIOS VAGOS O NEUMOGÁSTRICOS (10mo par). Son nervios mixtos; por sus ramificaciones llegan hasta la cavidad abdominal; inervan numerosos órganos. Llevan desde éstos los impulsos sensitivos y de regreso los motores.

NERVIOS ESPINALES (llavo par). Son nervios motores que se distribuyen por los músculos trapecio y esternocleidomastoideo.

NERVIOS HIPOGLOSOS MAYORES (12avo par). Son nervios motores; comandan los músculos del hueso hioi-des y los de la lengua.






Hemos visto que los nervios craneales, salvo el neumogástrico, se distribuyen exclusivamente por la cabeza y partes vecinas. Todo el resto del cuerpo se halla bajo la acción de los nervios espinales. Estos nervios suman 32 pares. Nacen simétricamente a los lados de la medula espinal, saliendo del conducto vertebral a través de los agujeros intervertebrales, vale decir que salen entre vértebra y vértebra. Una vez afuera, se distribuyen por las distintas partes del cuerpo, sobre todo por la piel y músculos del tronco y articulaciones.

LAS RAÍCES MOTORAS Y SENSITIVAS

Los nervios espinales salen de la medula espinal. Vemos cómo cada uno de ellos nace por dos raíces, bien diferenciadas: una ventral o anterior y otra dorsal o posterior; cada una de estas raíces está formada, como se ve, por un fascículo de finas fibras, que después constituyen una raíz única. Sigamos observando: la raíz ventral parte de la cara anterior de la medula espinal y aparece integrada por fibras que nacen del "cuerno anterior" de la sustancia gris medular.

La raíz dorsal sale de la cara posterior de la médula y está formada por fibras que se distribuyen en el cuerno posterior de la sustancia gris. Apenas salidas de la medula, las raíces ventrales y dorsales se unen para formar un único nervio y salir entonces del conducto vertebral. Las fibras nerviosas que parten del cuerno anterior medular son fibras motoras, mientras que las que terminan en el cuerno posterior son fibras sensitivas; es fácil entonces comprender que la raíz anterior será motora y la posterior, sensitiva. Naturalmente, cuándo a la salida del conducto vertebral ambas raíces se unen, el nervio raquídeo resultante será un nervio mixto y, en él, la corriente nerviosa circulará en ambos sentidos: centrípeto y centrífugo.

Músculos

Funcionamiento del músculo voluntario

Un músculo que se contrae, se acorta. Esto lo saben los niños cuando juegan a "hacer músculo": provocan intencionalmente la contracción del bíceps; éste es un músculo largo, pero al contraerse acorta tanto su longitud que se transforma en una bola, tanto más corta cuanto más ejercitados están en hacerlo. Ahora bien: en el interior de cada músculo hay un conjunto de fibras nerviosas que son comprimidas en cada contracción.

Es a través de ellas que nuestro cerebro es informado del estado de contracción del músculo. Ustedes pueden hacer la prueba. Hagan contraer los músculos del muslo, por ejemplo. Para ello es necesario que parta del cerebro la orden. El músculo se contrae. Ustedes sienten a nivel del muslo una sensación de agarrotamiento; la sensación está localizada en el muslo. Pero el órgano que la percibe es el cerebro. Esta experiencia se puede repetir en cualquier parte del cuerpo, con cualquier músculo voluntario: la mano, el brazo, la nuca, etc. Viene la orden, los músculos se contraen y ustedes tienen la noción bien clara de dicha contracción.

Los músculos

Control de los músculos

Normalmente nosotros no tenemos la sensación de la contracción de los músculos en los miles de movimientos que realizamos durante el día, porque su repetición ha borrado esta sensación, actuamos automáticamente. Pero cuando queremos aprender nuevos movimientos, entonces actuamos pensando, controlando mentalmente cada actitud que vamos a tomar.


Por ejemplo: cuando un sujeto quiere aprender a manejar una máquina, un auto. Está sentado firme en la dirección y piensa cada movimiento que va a realizar: mover una pierna, un brazo, le representa un trabajo mental. Al poco tiempo todos esos movimientos los realiza con soltura, automáticamente.

En resumen: dado el carácter de estos músculos, nosotros podemos saber en determinado momento si ellos están contraídos o están en relajación.

jueves, 23 de agosto de 2012

Los Abdominales.


Los Abdominales.

Los Músculos Grandes De Los Abdominales.

La parte superior del recto abdominal y los oblicuos interno y externo.

El recto abdominal es un músculo largo y fino que se extiende verticalmente por la parte frontal de la pared abdominal. Los lados izquierdo y derecho están separados por una cinta tendinosa llamada «línea alba». Los músculos se originan en la cresta del pubis y se insertan en los cartílagos de la quinta, sexta y séptima costillas.

El oblicuo externo cubre el frente de la pared abdominal desde el recto abdominal hasta el dorsal. Se origina en las ocho últimas costillas en alternancia con las uniones del serrato anterior y el dorsal, insertándose en la mitad frontal de la cresta ilíaca, borde superior de la fascia del muslo, cresta del pubis y línea alba. Las fibras se extienden diagonalmente hacia los lados y hacia arriba, formando la letra uve cuando se ven desde el frente.

El oblicuo interno se sitúa debajo del oblicuo externo y sus fibras discurren prácticamente en ángulo recto respecto a las del externo en su extremidad superior. Se origina en las fascia lumbar, dos tercios anteriores en la cresta ilíaca y mitad lateral del ligamento inguinal. El oblicuo interno se inserta en los cartílagos de la octava, novena y décima costillas y la línea alba. Las fibras se extienden diagonalmente hacia los lados y hacia abajo, formando una uve invertida al verse desde el frente

Los Músculos
Coloración de los músculos
Los músculos formados por fibras lisas son también llamados músculos blancos o pálidos, porque a simple vista tienen un color blanco-amarillento o rosa-pálido: se encuentran en numerosos órganos de la vida vegetativa, es decir, intestino, arterias, venas, movimiento celular, etc.

Al microscopio se observa que están formados por células alargadas, de tres a diez centésimas de milímetro de longitud, que se han denominado fibras musculares lisas, por no presentar rayas transversales; tienen forma de huso, o sea, abultada en el centro, que corresponde al punto donde se encuentra el núcleo, y adelgazada hacia los extremos.

Los músculos rojos tienen este color a simple vista y están constituidos por la variedad muscular estriada, siendo los que forman la llamada vulgarmente carne de las distintas regiones del cuerpo. Las células que forman estos músculos reciben el nombre de fibras musculares estriadas o haces primitivos, y son de gran longitud (tres a doce centímetros), forma prismática y aspecto estriado.